Rizos de oro era una niña muy inquieta y curiosa, su madre prefería que fuera más tranquila pero en medio del bosque la verdad que esa niña se aburría muchísimo!!!
Pintaba piedritas de colores para su mamá, juntaba ramitas de maderas perfumadas para su papá, y cuando ya no sabía más qué hacer les preguntaba para cuándo le iban a dar un hermanito; estaba entusiasmada con la idea de poder cuidar de un hermanito o hermanita y jugar con él o ella en esa lugar; a veces cosía ropita para ese bebé que todavía no nacía pero sus papá no querían hablar del tema y la mandaban al bosque a buscar cosas para distraerla y que dejara de hablar del asunto.
En una tarde de caminata le pareció ver un niño morrudo a lo lejos y lo corrió para alcanzarlo pero éste se escondió dentro de una casa que ella nunca había notado en el medio de todos esos árboles, parecía escondida a propósito; pero su madre la llamaba para la cena y no podía ir a ver en el momento nada de lo que había ahí.
Al otro día volvió por el mismo camino que marcó con las piedras que había juntado el día anterior y encontró la casa pero no había nadie a la vista y fué así que se animó a llegar hasta la puerta.
No tenía escrito el nombre de la familia en ninguna parte, no tenían buzón de cartas para poder ver si en alguna de ellas decía el nombre, entonces decidió golpear a la puerta para presentarse.
Se acomodó la ropa y el pelo, se miró las manos para ver si estaban sucias y lo estaban entonces se las lavó en el arroyo que pasaba cerca y volvió con una sonrisa lista a conocer a ese niño con el que sus días de aburrimiento se iban a terminar; pero no atendió nadie.
Dio la vuelta todo al rededor de la casa curioseando, no había nada fuera de lugar solo había un ventana abierta con un pastel de frutas enfriándose, entonces la curiosa lo corrió para poder asomarse por esa ventana y preguntaba a viva voz si había alguien ahí y nadie contestaba.
Buscó una piedra donde hacer pié para trepar la ventana sin tirar el pastel, luego de entrar recorrió el lugar y cuando se aseguró de que nadie había probo el pastel y se quemó la boca!!!
No le importó demasiado porque sobre la mesa habían tres platos con cereales servidos y la leche en una jarra; el plato grande solo tenia cereales igual que el mediano pero el más pequeño tenia además frutas, al lado servido había un vaso con jugo de naranjas exprimido y todo se veía apetitoso así que no lo dudó y le puso la leche al plato más chico para comerse el cereal frutado y el jugo!!!!
Para poder hacerlo tenía que sentarse pero la silla más grande y la mediana eran muy duras, la chiquita era blanda y tenía un almohadón blandito y un respaldo que hacía sentir a su espalda una comodidad que no conocía antes...
Cansada de revolver todo y ver que había juguetes y ropa de niño quiso ver dónde jugaba éste y subió una escalera que llevaba a los cuartos donde encontró mucho más!!!
Entre los juguetes había un par de cosas que desconocía, unos zapatos especiales que le parecieron muy duros para un niño pequeño y muchos juegos de mesa en vez de pelotas de fútbol o cosas por el estilo... pensaba que ese chico sería muy, pero muy aburrido.
La cama más chica era la más cómoda, tenia un colchón que sostenía su cuerpo de tal forma que le dió gusto quedarse tirada ahí, también tenía muchos almohadones sobre la cama y haciéndose un bollo se quedó dormida entre ellos tratando de adivinar porque ese niño sería tan raro!!
Cuando los integrantes de la casa llegaron vieron el dedo marcado en el pastel y el padre enfurecido se asomó por la ventana a ver si pescaba al que lo había hecho pero no había nadie a la vista....
El pequeño trepándose a la silla notó que su plato estaba vacío igual que su vaso de jugo!!! gritó haciendo berrinche de una forma tan fuerte que Rizos se despertó de golpe y dió un salto de la cama para ver cómo hacía para escaparse. Se asomó por la escalera esperando que alguno se moviera a otro sitio de la casa pero al ver quiénes eran los que vivían ahí ella también pegó un grito de espanto cuando descubre que son una familia de Osos!!!!
Todos miraron hacia arriba pero ella no tenía escapatoria... no podía tirarse por la ventana!!!
La Mama´oso le dijo en un buen tono que no se asustara, que iba a subir pero que estuviera tranquila para poder hablar, pero Rizos se escondió atrás de la cama esperando lo peor.
Mamá oso subió despacio preguntándole cómo se llamaba, Rizos respondió tratando de poner excusas al mismo tiempo que salía de atrás de su escondite; que había entrado sin querer... que estaba buscando a un niño que vió en el bosque...
Mamá oso entendió lo que pasaba pero Papá oso estaba furioso!!!
La niña bajó del cuarto escondida detrás de la falda de Mamá oso y cuando vió al pequeño le dió ternura... era un Osito muy dulce, con esos zapatos tan duros!!!
La invitaron a quedarse un rato para conocerse, hablaron mucho y el Osito le propuso pasar el tiempo con algunos de sus juegos, como Rizos era muy inquieta quería salir a jugar al bosque trepando, saltando, haciendo cosas que una niña en esos tiempos no hacía pero Osito le explicó que estaba difícil para él hacer todo eso porque podía lastimarse con facilidad y por eso no tenía muchos amigos por no decir ninguno.
Se hicieron muy amigos, no se sintieron más solos... y colorín colorado... ya saben que el cuento ha terminado!!!